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La 'capilla sixtina' del románico europeo vuelve a la vida en un documental

Fotograma del documental 'El sueño de Sigena'

Miguel Barluenga

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La vida de Juan Naya aparece entrecruzada por promesas. Nacido en Villanueva de Sijena (Huesca) en 1968, a la sombra de su monasterio, de niño aseguró a sus abuelos Joaquiner y Carmen que recuperaría los frescos medievales de su sala capitular, destruidos casi totalmente por un incendio en los albores de la Guerra Civil. Lo había soñado. Era muy inteligente y su padre le dijo un día que llegaría a la NASA. Este astrofísico aragonés trabajó en la agencia aeroespacial estadounidense y ha dedicado la última década y media a sacar adelante el documental 'El sueño de Sigena', en el que emprende con los medios tecnológicos a su alcance la reconstrucción de la conocida como 'capilla sixtina' del románico europeo.

El camino hasta esta cinta, que ya se proyecta en cines de todo el país, recoge promesas, casualidades y la curiosidad de Naya, en la actualidad consejero delegado de la farmacéutica Isdin, por descubrir la historia del cenobio y sus pinturas. En 2007 se topó en una librería de Barcelona con un tomo con fotografías en blanco y negro del monasterio que abrió la espita de la memoria, de las historias que le contaban sus abuelos. Cuando Carmen llevaba huevos a las monjas de clausura y observaba maravillada todas esas obras de arte. Su imaginación voló hacia la posibilidad de restaurar aquella estancia y contarlo en una película con trazos de thriller histórico y la mano del director mexicano Jesús Garcés Lambert, ganador de un Globo de Oro en Italia por el film 'Caravaggio. El alma y la sangre'.

Las pinturas murales de Sijena datan del siglo XIII y el fuego las arrasó casi en su totalidad. La Generalitat de Catalunya trasladó esos restos a Barcelona y ahora se exponen en el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), con un largo litigio judicial de por medio por el que la localidad reclama su vuelta y que el documental omite puesto que su único afán es el de 'soñar' cómo era la sala capitular en todo su esplendor y con la ayuda de historiadores especialistas en arte románico, restauradores, artistas digitales y artesanos. Un trabajo coral para devolver a la vida un trozo de la historia de su pueblo natal y mostrárselo al mundo.

Un 'thriller' de arte

La cinta dura 106 minutos y está producida por el propio Juan Naya, Xavier Atance, BNC Produccions y Dreamdigital Creative Works con la participación de RTVE, que la emitirá cuando termine su recorrido por las salas comerciales: se puede ver en Barcelona, Zaragoza, Lleida, Vigo o, desde este jueves 25 de noviembre, en Huesca. Es, sobre todo, el esfuerzo de Naya, que se ha encontrado con “una buena acogida. Todo el mundo sale emocionado y lo quiere volver a ver. Es una historia bonita que emociona, hace reír”. Lo define como “un thriller de arte que te lleva de un lugar a otro de forma muy sorprendente, conecta con todo tipo de públicos. De padres a nietos, es multigeneracional”.

La acogida está siendo “buena” desde su estreno el pasado 9 de noviembre: “Hay interés por saber y conocer esta historia y su aventura”. Naya encuentra como claves de esta expectación generada que se trata de “una película con un personaje con el que la gente se puede sentir identificada. Un Quijote en busca de un imposible”. También destaca la “calidad” del trabajo de Jesús Garcés “con unas recreaciones oníricas nunca vistas en el cine y un relato muy bien trabajado. Hay que verla en cine, la pintura sale de la pantalla y te envuelve”. Asimismo, la banda sonora en consonancia con las imágenes convierte su visionado en “una experiencia para los sentidos”.

Que algo tan increíble esté en un lugar tan perdido como Aragón sorprende a todos

Se trata del descubrimiento de un lugar “poco conocido pero de primerísimo nivel. No hay una sala así en todo el mundo. Que algo tan increíble esté en un lugar tan perdido como Aragón sorprende a todos”. Ese patrimonio que se perdió entre las llamas revive ahora con la ayuda de la tecnología digital, que permite acercarse a lo que pudo ser esa sala capitular en su momento de esplendor. “Es un proyecto de años, idas y vueltas, alegrías y frustraciones. Usamos tecnología digital para analizar y unir toda la información a nivel de programación 3D, coloraciones, correcciones de imágenes... Para crear una base de trabajo casi perfecta”, explica Juan Naya, que ha contado con expertos en arte mural y mudéjar. Esa simbiosis permite “el mayor realismo y rigurosidad” en la recreación, “se puede llevar lo digital a lo real mediante realidad virtual o invertida, proyecciones o incluso plasmarlo en un mural”.

El formato que se ha escogido permite llevar Sijena a cualquier parte del mundo y complementa a las piezas ya existentes y que de momento exhibe el MNAC. El documental se proyectó en la localidad aragonesa y allí su impulsor se queda con “una señora que llorando me dijo que de pequeña también le contaron estas historias su abuela y su bisabuela y que por fin había descubierto lo maravilloso que fue aquel lugar. Fue la prueba de concepto”. 

Quiere Naya que en un lugar perdido “para siempre” se pase “del lamento al disfrute”. “Es todavía un lugar por difundir y hay que dar a conocer el trabajo. Es un aperitivo, cuando acaba la película la gente quiere ver el lugar. Preguntan dónde está”, añade antes de lanzar el guante a los políticos: “Lo siguiente es dar la posibilidad de verlo y sería bueno que las instituciones que tanto interés han mostrado se implicaran para dar a conocer la sala capitular en Aragón y otras comunidades”, lanza Naya como propuesta.

De momento, en 'El sueño de Sigena' se descubre que “no solo es un lugar extraordinario en lo arquitectónico, sino también por qué se instala en un lugar desértico como los Monegros en torno a 1200, en un momento histórico clave con las Cruzadas y la Reconquista. La historia lo pone en la Primera División de la Edad Media, es un Barcelona o Real Madrid de su periodo y no hay nada igual en Europa”.

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